domingo, 28 de agosto de 2011

!Un poco de orden por favor!

¡Un poco de orden por favor!
Hoy me pregunté por la mañana:
Porqué no logro tener orden en mi vida?
Parece una locura el levantarme temprano, luego correr a desayunar, alistar a la bebe muerta de sueño, cambiarla y salir junto con mi esposa a enfrentar el horrible y desafiante tráfico. Luego trabajar duro. Todos los días, hasta la noche, es lo mismo. Repetitivo hasta la locura.
No veo hasta el momento, la forma de salir de esa rutina que mata y agota. Lo que es peor, es que podría arrastrar a lo mismo, una nueva vida, mi hija.
El mundo parece sumergirse cada vez más en ese desorden y absorbernos como un tornado. Sin embargo, creo que eso es echarle toda la responsabilidad al mundo, ya que somos nosotros mismos los que creamos ese caos, con nuestras desordenadas mentes. Creemos que la repetición de algo nos conduce a la disciplina, a lo que debe ser. Nos decimos cosas como: así es, es lo que me tocó hacer, me tocó vivir así o cosas similares. Todo esto, para sentirnos mejor. Nada más alejado que eso. Nuestras mentes ocupadas en lo rutinario, en lo establecido, no se detienen a pensar en un cambio, aquel que venga desde nuestras conciencias, entrar muy hondo en nosotros mismos, para crear una revolución psicológica, para establecer una clase distinta, un nuevo orden. Necesitamos ordenarnos, pues hay mucho desorden.
Toda la estructura social y económica, parece estar diseñada en el desorden, como problemas de raza, la lucha encarnizada, la rivalidad, la competencia y demás, poniendo al ser humano en contra de su propio ser.
Para generar orden se necesita libertad, no la de barrotes. Cuando no la hay, se le imponen al hombre todo tipo de ideologías, como las religiosas por ejemplo, donde se le dice que debe hacer. Hoy estamos sumergidos en guerras religiosas que nunca acaban, generando tiranía, pobreza, desolación, tristeza, caos, que a la larga crean mucho desorden.
 El seguir la autoridad de otro en lo que fuera, genera desorden, ya que amoldan nuestros cerebros a sus patrones ideológicos y nos impiden usar todas nuestras capacidades. Lo que dijo alguien hace miles de años, hasta hoy genera muchos enfrentamientos.
A pesar de que hay mucha prosperidad en ciertas partes del mundo como el occidente, los jóvenes ya no aceptan la tradición, la autoridad, ni los patrones de la sociedad. Es evidente que el hombre está perdiendo la fe en lo que creyó siempre y desea caminar solo, sin seguir a alguien. Hoy en día, lo vemos en la televisión cuando el público le tira el zapato a alguien, un huevo o hasta una torta. Hay mucha confusión. El hombre está descartando el liderazgo y ya no desea que le digan lo que tiene que hacer.
Es vergonzoso en nuestro país, que un jefe, restrinja la salida a un trabajador, cuando este desea ver a su hijo enfermo, quizá asistir a un evento familiar o salir de vacaciones. Me cuesta creer que un ser humano en estas épocas, ponga pesados grilletes psicológicos a un trabajador que se saca el alma por él y además le ayuda a prosperar su empresa y hasta su vida misma. No tiene sentido todo esto.
Un ejemplo que generó mucho desorden en nuestro querido Perú, fue el terrorismo, que causó graves problemas al resto, situación originada por un grupo, que decidieron seguir la autoridad de otro. Muchas personas purgan condena, por que sus cerebros fueron adaptados a la forma de pensar de un supuesto líder, alguien que les iba a mostrar el camino, la solución a sus problemas.
Este solo les mostró una vida llena de sufrimiento, acabando sus vidas encerrados en un pestilente lugar, sin ver sus familias, sin ver crecer a sus hijos, cargando con tantas vidas inocentes No hay peor caos que ese.
¡Uno se preguntará! Que puedo yo hacer?
Pues, la respuesta deviene de lo más profundo de nuestro ser. Se me viene a la cabeza nuestro himno nacional que nos dice desde el inicio: Somos libres y seámoslo siempre. Nacemos sin cadenas y que sea así para toda la vida.
Paremos un momento, reflexionemos y démonos cuenta que cada uno de nosotros somos importantes para aportar y hacer cosas buenas en la vida. Rediseñemos lo que no nos agrada de nosotros mismos y que molesta a otros. Eso puede ser el comienzo de una nueva era, viviendo en paz y en armonía con la naturaleza. Si alguien tiene una idea mejor, pues póngala en práctica.


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