Este año tuve la oportunidad de tener un conversatorio con los niños de primaria del Colegio Altair, el cual no había conocido antes.
La reunión se desarrolló en la biblioteca, yo sentado en un sillón, cosa que poco hago, y los niños sentados en el piso. Generalmente doy mis charlas de pie. Fue muy especial tenerlos tan cerca y yo tan cómodo y relajado. Les hice saber, además de hablar de mi obra Lulita la estrella marina, que ya no somos los últimos de la fila como país. Ahora somos protagonistas en el mundo, con nuestra comida, box, ajedrez, tabla, vóley, Vargas Llosa, etc. Además les recalqué que los peruanos somos muy creativos y capaces de hacer de todo.
Luego estuve en la feria del libro, firmando cuentos y conversando con los niños, escuchando sus historias y respondiendo tantas preguntas como ellos saben hacer. Descubrí que el colegio tiene un sistema de alimentación especial, evitando las gaseosas y comidas cargadas de grasa. ¡Que bueno!
Lulita la estrella marina, ya se ha hecho notar en el Altair. Un niño de once años aproximadamente, me contó que conocía mi cuento y que le parecía ¡chévere!.
El lo había leído un promedio de cuatro veces o más, diciendo que no había encontrado algo más entretenido que Lulita la estrella marina. Me siento conforme de haber hecho algo bien y de saber que dejaré mi legado al mundo.
El lo había leído un promedio de cuatro veces o más, diciendo que no había encontrado algo más entretenido que Lulita la estrella marina. Me siento conforme de haber hecho algo bien y de saber que dejaré mi legado al mundo.
Fueron dos días de feria y de buenas relaciones con mis jóvenes lectores.
¡Gracias Colegio Altair!
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