lunes, 3 de octubre de 2011

¿Porqué todo parece estar de cabeza?

Hoy domingo, no salí de casa. Me quedé a descansar y ordenar algunas cosas, incluso poner en orden mi cabeza. Me fui al parque a caminar, antes que el primaveral sol se vaya.
En el camino me topé de narices con una camioneta Toyota Prado  con lunas negras, estacionada en plena vereda, no verticalmente, ¡peor! estaba en forma paralela pegada a la pared o cochera de la casa, tapando toda la vereda de lado a lado, como para que nadie pase. Tuve que bajar a la pista y continuar por allí.  Reflexioné en como se debe sentir alguien que va en silla de ruedas. Me dio una especie de vergüenza ajena.
Como a quien le empieza un problema estomacal, se me empezó a revolver el cerebro, dándome una especie de indigestión cerebral, por  los vergonzosos acontecimientos que vengo escuchando los últimos días. Se me vino a la sesera,  los comentarios que me hace mi hermano cuando llega de Trujillo a Lima, acerca de la terrible delincuencia que hay en dicha ciudad y de la forma como chantajean a la gente inocente y trabajadora.
Me habló del  PNP  Elidio Espinoza, héroe del llamado Escuadrón de la Muerte.  Ya muchos hemos escuchado de aquel policía ejemplar. Leí sobre él un poco más en el internet. Todo Trujillo lo ama, lo aclama, es como un salvador, una esperanza viva. El oficial, echó y acabó con  algunas de las ratas más miserables que pueda haber, sí, aquellos que te maten una granada por la ventana de tu casa. No les  importa, si matan alguien de tu familia o a todos. A estos miserables, no les gusta trabajar, no hacen nada bueno y se dedican a joder.
Resulta que las familias de estos sinvergüenzas, reclaman derechos humanos, y les hacen caso, rápido, tanto así que el PNP héroe fue sentado al banquillo. Enjaulado el gato, las ratas volvieron a salir de los desagües.
Luego me acordé de la ministra Aida García Naranjo, que al conocer la noticias de dos niños muertos y muchos envenenados al borde de la muerte, por la leche contaminada, no tuvo otra cosa que hacer que darse la vuelta e irse a bailar. ¡No me importa! ¡No me importas! Es lo que sentí y de seguro las decenas de familias, viendo como al ritmo de la música, eran pisoteados sus derechos humanos.  Luego, pasado varios días y bajo tantas presiones, la ministra García Naranjo, viajó a Cajamarca, para mostrarse desafiante, pico a pico con una madre de familia.
Un valeroso oficial PNP acusado por los derechos humanos, por desaparecer asesinos de gente inocente y una  ministra tranquila y desinteresada por la muerte de algunos niños inocentes.
¿Cómo funcionan los derechos humanos allí?
No dejo de pensar  que hay cosas como estas que realmente me confunden mucho.


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