jueves, 17 de noviembre de 2011

No todos los peruanos odian a Chejade


Con gran sorpresa pude ver en el noticiero, que hay algunas personas que aman a Omar Chehade, pues el ha sido capaz de hacerle la navidad feliz a varios comerciantes.
Aquellos peruanos han encontrado en él, una mina de oro. Uno de ellos dijo haber fabricado 3,000 muñecos del Sr. Chehade. Declaró también que se venderían con mucha facilidad. Dicho muñeco, es muy original, pues lleva en el cuello un par de ratas que lo acompañan. No hay nada que hacer que el peruano se las ingenia para sacar provecho del río revuelto y dar un toque de gracia, de las cosas poco agradables que nos obsequian nuestros gobernantes.
Para que compraría la gente un muñeco de Omar Chehade?
No es amuleto ni muñeco de compañía, tampoco lo usarían de espantapájaros o algo así. La gente lo compra para quemarlo para año nuevo. El pueblo está enfurecido de ver tanta falta de principios y valores en sus gobernantes.  Estamos aburridos de que no exista gobernante que se haga respetar. Mes a mes tenemos que escuchar nuevas chapas, como la roba cable, come oro, mata perros y Dios sabe.  Lo peor es que todos se quedan en el gobierno.
Todos los días tenemos que verle la cara al Sr. Chejade, literalmente comiéndose las uñas, y nosotros los televidentes sintiendo impotencia de no poder cargarlo y echarlo a la calle.  Nuestras ilusiones de un país sin corruptos, nuevamente quedará en más promesas, al parecer por los siglos de los siglos.
Es bueno saber que al menos una parte de los peruanos se va a beneficiar por la venta de este singular muñeco. Tendrán para su pavo, su chocolate, para parar la olla varias semanas y hasta las matrículas del colegio. Otros gozarán quemando ese muñeco y sintiendo que junto con él se irá nuestra impotencia, esa rabia que cargamos por años, una especia de rémora que nos roba la ilusión de tener un gobierno íntegro.
¡Somos libres, seámoslo siempre! Dios sabe que sí. Libres de corrupción, de ataduras, de malos pensamientos, de pecado, violencia y de tantas cosas que nos trae sufrimiento.
No puedo imaginar lo que ese hombre debe pasar junto a su familia día a día, escuchando comentarios y hasta protestas fuera de su casa. No vale la pena realmente salirse de la línea. Todo lo construido se viene abajo.
Hemos de recordar que por cada acción mala, deviene por ley una reacción negativa. Es como un efecto boomerang, lo lanzas y regresa a ti. El problema es que cuando retorna, te golpeará y  contigo a las personas que más quieres. No lo dudes que así será. Es una ley universal.


Oscar Prieto Ramírez



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