viernes, 4 de noviembre de 2011

Visita a la Hacienda Santa Teresa en Cajamarca

Uno en cada viaje espera ver paisajes o algo parecido. Aquella vez estaba por Cajamarca presentando mi obra Lulita la estrella marina al Colegio Davy College. Esta vez uno amigos iban al cumpleaños del amiguito de su hijita. Me tocó la gran oportunidad de ir a una hacienda, llamada Santa Teresa a diez minutos del centro de Cajamarca.http://www.cajamarcaperu.com/
La hacienda, esta rodeada de una verde campiña, donde se ven numerables vacas lecheras. Ibamos a un cumpleños y a conocer a un hombre llamado Lucho Caballero que conocía mucho de la historia de Cajamarca.
Apenas entré al enorme jardín de la casa, me di cuenta que había un teléfono grande de madera, con sus dos campanas en la parte superior.
Cerca al teléfono había una colección de llaves antiguas y candados, además de una antigua balanza.



Mantón de Manila
El patriarca Sr. Caballero me recibió con un delicioso Whisky etiqueta negra, el cual tomamos bajo el inclemente sol acompañado de sus buenos hielos. ¡Refrescante! Ese día en particular festejaban el cumpleaños de su nieto. Estaba la familia y amigos reunidos en una casa que había visto pasar varias generaciones. Lucho Caballero, me llevó a recorrer la sala, la cual tenía una alfombra adornada de varias planchas antiguas. Había allí un baúl grande y antiguo.
Dentro, escondía algunos tesoros como un fino y antigio mantón de manila
 que debe tener alrededor de 200 años de antigüedad. Eran usados en la corridas de toros, específicamente en las galerías donde se sentaba la gente a disfrutr de las corridas. El manto era a lo que entendí una forma de identificar a una familia o grupo de amigos de cierta alcurnia.  
Del mismo baul, mi amigo Caballero, sacó una antigua biblia, a que llevaba además de la palabra en latín, pentagramas para acompañar las melodías en órgano o quién sabe en clavicordio o algo así. Realmente antiguo. No paraba de sentirme amocionado de ver una casa hacienda con tantas sorpresas.
La tarde pasaba muy agradable entre conversaciones de fantasmas que habían sido vistos en la hacienda o el pueblo y de cómo se llevaba la vida allí en la época de hacendados. Nuevamente dejamos nuestros sitios y la amena conversación para mirar los dormitorios, donde hay otras joyas. La más imprsionantes para mí, fueron las vírgenes.
Estas que son dos, llevan sus trajes bordados con oro y plata. Un trabajo maravilloso. Al lado de la cama en una esquina, se conserva un antiguo baño completo, que consta de una jarra para el agua, bacín y un recipiente para lavarse las manos, la cara y todo lo demás.
El dormitorio de pisos de madera y techos elevados, tenía también una cocina antigua, Mi amigo la abrió para ver por dentro y con mucha suerte encontramos dos cajas de whisky. Así que le dije al oído: ¡Ya conozco tu escondite de whisky! Saca de inmediato una botella. Él no tardó nada en hacerlo. El cuarto también tenía una colección grande de copas y vasos antiguos, de principo de siglo. Varias de ellas adornadas de oro y plata.

Luego salimos de la habitación y nos pusimos a conversar, bebiendo para aplacar la sed. El calor es fuerte y el sol está sobre nosotros. Luego me llevó a la sala, donde habían una serie de muebles antigios. El que más impresinó fue un equipo de música o tocadiscos. Muy antigio y único. Nunca vi algo así. El parlante sale como un cono desde el interior al exterior del mueble. Bellísimo.
Ese día se festejaba el cumpleaños del nieto de Don Lucho. El me mostró una foto algo escalofriante. Cuando el niño era un bebe, le tomaron una foto. Esta salió con una imagen fantasmal al lado. En la foto que tomé no se aprecia bien como el original. Se ve claramente una luz blanca, tal como el angel de la guarda, agachada como quien cuida al bebe, o como quien desea salir en la foto. Se ve la imagen al lado derecho del niño, felizmente de luz blanca, a la cual no se le debe temer.

Su nisto soplando las velas
Realmente pasé parte de una tarde maravillosa, con buenos amigos y de alguna manera visitando una hacienda que parece un museo. Esto demuestra o nos hace imaginar la forma de vivir de nuestros compatriotas hace cien años o más.
Atardecer en Cajamarca
Un abrazo a mi amigo Lucho Caballero y a su linda familia. ¡Regresaré pronto a Cajamarca y veré ocultarse el sol, por detrás de la bella campiña y de las cabezas de ganado.

OJO, OJITO: Pronto, muy pronto!! mi obra Lulita la estrella marina en versión digital. Todo el mundo la podrá leer.
Con Don Lucho Caballero

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