sábado, 17 de diciembre de 2011

Carta a María Pía

Querida María Pía:

Cada vez me sorprendo más de ti. No puedo negar que en varias ocasiones hasta siento temor, ya que algunas veces das un paso por delante del mío. Es confuso aceptar que debo usar todas mis artimañas psicológicas para contrarrestar las tuyas.  No llegas a los dos años y medio y nos das mucho que pensar. 
Me dejaste perplejo,  en lo último que nos hicieras a tu madre y a mí. Nos pediste que votemos todas tus crayolas, aquellas con las que dibujamos tantos paisajes, payasos, peces, a Lulita y la misma luna. A fin de no sentirte presionada por nuestras amenazas de echarlas a la basura, lo hiciste tu misma,  retándonos con ese tono de voz dominante, manteniendo tu semblante limpio y tranquilo como si estuvieses en misa.
Al día siguiente nos dejaste perplejos, cuando te pedimos que guardaras tus muñecas, giraste y sin ningún reparo dijiste: 
Mamá, ¡vótalas todas!
¿Estás segura María Pía?  Son tus muñecas que juegas siempre, respondió tu mami.
¡Vótalas todas a la basura! Le repetiste a tú madre en tono firme.
¿Estás segura? Se las llevará el basurero, te dije yo impresionado y con ánimos que des tu brazo a torcer.
¡Vótalas mamá! ¡Vótalas! acabaste de decir a mi pesar.
Tu mami empezó a meterlas todas en una bolsa. Yo empecé a entrar en una especie de confusión. Me sentí peor y se me hizo un nudo en la garganta, cuando vi que tu pequeña  muñeca favorita llamada Mía, de trapo y con trenzas de color rosado, estaba allí también, destinada a ir a la basura. Esa muñeca tiene vida para ti, es única y especial.  Jugamos tú y yo todos los días, desde que tenías menos de seis meses de edad. Esa muñeca fue a cada paseo, cada lugar, manejó nuestro auto y te hacía reír muchísimo, como  también renegar, pues te empujaba a cada momento.  También te acompañó a dormir muchas noches.
 Te hablo en pasado, pues tomaste la peor de las decisiones. Le pediste a tu madre que la bote también. A pesar de tu fuerte mirada y terrible decisión, no derramaste una sola lágrima. Yo no sabía qué hacer para que no lo hagas, ya que Mía es parte de mí también. Mía tal como sabes, vive con el basurero ahora.  Tendremos que rezar mucho para que regrese, ya que está muy dolida. No olvides rezar todas las noches a Jesús, para que la devuelva sana y con esa maravillosa sonrisa juguetona.
Te amo mucho hijita y sé que a tu corta edad eres muy hábil, aunque por tu orgullo o rebeldía, no lo sé,  logres tus primeras lecciones de vida.  Hoy ya tienes  una, y muy fuerte, como el despertar  en la madrugada llamando a Mía. Eso me apena. Las lecciones son duras, mi corazón, sin embargo te servirán para ser un poco más tolerante en adelante y no guiarte por tus fuertes impulsos. Eso podría dañarte mucho más que perder tus juguetes.
Debes saber también, que busco la forma de que Mía regrese a casa. La navidad puede ser un buen momento.
Te amo por siempre
Tu papito.
Si deseas saber si Mía regresa a casa, luego de haber vivido con el Sr. Sórdido, Entra aquí

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1 comentario:

  1. carijo! mis respetos cholito lindo... lo que les espera.... pero firmeza, no des tu brazo a torcer y si tienen que botar mas, pues adelante. los felicito.
    un beso enorme, Silvi y Giorgio

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