sábado, 3 de marzo de 2012

!Por fin se van al colegio!

Mi obra Lulita  De venta en amazon.
!Por fin se van al colegio!
Amorcito, susurra ella, un viernes por la noche en la cama.
Mi hija María Pía en su 1er día de Cuna
¿Si mi reina?
Quiero un bebé. Son lindos y adorables. Por favor me muero por uno o dos.
Amorcito, dice el marido, bajando el volumen del televisor.  Sabes que traer un niño al mundo requiere mucha paciencia, dedicarles tiempo, mucho dinero y de vez en cuando noches sin dormir. Eso requiere mucha tolerancia, mucha.
Lo sé mi vida, dice ella. Ya quiero tenerlo y olerlo, besarlo y jugar a la muñeca, que se yo. No veo las horas que esté aquí.  El marido con un gesto de preocupación o resignación se voltea, acomoda su almohada para dormir diciendo: hablemos mañana de eso.
Tres años después.
Mami, ¿Qué haces? Cocinando hijita.
¿Qué cocinas?
Tu comida
¿Para mí? Dice la niña acercándose a la cocina.
¡Por favor vete! Grita la mamá, no quiero que estés aquí. Te vas a quemar.
Yo quiero ver qué haces mamita, quiero saber que cocinas, dice la niña suspirando. ¡NO! No veo las horas que te vayas a tu cuna ¡Sal de aquí! Vocifera la madre, luego dice:
Anda donde tu papá.
Papito, quiero jugar a la muñeca. El padre desencajado de tanto trabajo dice: Por favor mi reinita dame un rato, estoy ocupado.
¿Estás trabajando papito? ¿Trabajas para comprar mi leche?
¡Si!
Trabajas para tener monedas y comprarme mi cuacua?
¡Sí! repite el padre a secas.
Toma mi muñeca papito y juega conmigo. Caramba, ¿No ves que estoy ocupado?
La niña se da media vuelta y se va a jugar sola.
La madre resignada dice en voz alta “ya te vas a tu cuna pronto y allí podrás jugar, luego irás al colegio”
¡Vacaciones! A quién se le ocurrió darlas, terminó de decir la madre en tono de burla.
Doce años después
Hola mi amor, ¿Qué tal tu colegio? Bien mamá.
¿Almuerzas con nosotros hijita? Te preparé lo que te gusta. No mamá, almorzaré en mi cuarto.
Pero hijita, cuéntame ¿Qué tal te fue? ¡Bien! ya te lo dije, dale con el mismo rollo siempre.
Reinita, respeta a tu mamá, no le hables así, dice el padre algo confuso o quizá con temor a lo que le respondan.
¡Déjenme tranquila por favor! Grita ella llorando. Ya no quiero comer nada. Se va tirando la puerta de su cuarto.
La madre llora diciendo: No me tiene paciencia para nada. Solo le pregunté que hace, pues quiero saber cómo le va, que hace en el día.
Ojalá fuera una bebe otra vez, que la podía controlar, ojalá retrocediera el tiempo.
Autor Oscar Prieto Ramírez
Dicen que uno recibe lo que uno dio, dice el papá a su esposa abrazándola. Ella creció, y ya no será nunca más nuestra bebé. ¡Nunca más!  Daría lo que fuera por olerla, comerla a besos, abrazarla, daría lo que fuera por ver sus tontas películas de Mickey mouse y todas esas cosas que ella veía y que yo odiaba. Daría lo que fuere por bajarle su calzoncito, sentarla al wáter y hacerla orinar. Ver nuevamente como aprende ella sola a limpiarse la pichi, mientras canta sus villancicos de navidad, termina de decir el hombre con lágrimas en los ojos.
Ella ahora pertenece a su mundo, dice la mamá llorando. Mi bebé se ha ido para siempre. Se ha ido.

Leer le da profundidad a tu pensamiento!!

10 comentarios:

  1. Muy bien relatado mi amigo. Haz hecho un relato de algo muy comun en los padres, que sirva como un buen jalon de orejas!.......un abrazo y sigue adelante...

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  2. Es lamentable de verdad que eso ocurra... no ha sido jamás mi caso, pero es cierto que muchas veces (demasiados) no entendemos a nuestros hijos y en vez de hacerles entender lo que sentimos, lo escondemos en el mal humor, pagandolo en ellos que no tienen culpa ni de que trabajemos demasiado o que no trabajemos y estemos deprimidos y preocupados... en fin, tantas cosas que se deberían evitar y que lamentablemente, no se evitan.
    Un buen reportaje, Oscar. Saludos amigo.

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  3. Ya había leído tu cuento, Óscar; no pude comentarlo porque me reclamaron la atención mis pequeños, y como seguro que comprenderás, fui a prestarles atención a ellos. Es muy triste, pero cierto que lo que relatas aquí ocurre en muchas familias. Parece mentira que a los adultos les cueste tanto comprender que la infancia de nuestros hijos dura un soplo y es un tiempo que nunca más en la vida recuperaremos. Por cierto, siempre me han desconcertado los padres que dicen "¡por fin se van al colegio!".

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    1. Hola Carmen: Gracias. Hasta hoy en día escucho esa frase indignante. Lo escribí pues lo veo por todas partes. De allí también escribo Lulita que le dicen siemre NO TENGO TIEMPO y ella empieza a decir eso me suena a NO TENGO GANAS!!
      saludos

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  4. Sucede en muchos hogares. Y es terrible. Bien expresado mi amigo. ¡Éxitos!

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  5. Gracias Oscar por este aporte, pega duro, para aquellos que pudimos estar en ello, saludos, y sigue sembrando caminos

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  6. MUY LINDO TU RELATO HIJITO . SUCEDE CON BASTANTE FRECUENCIA . YO ME ACUERDO QUE CUANDO UDS. ERAN CHICOS ME ENCANTABA LOS FINES DE SEMANA O LAS VACACIONES , PARA PODERLOS TENER CONMIGO . ¿¿ TE ACUERDAS DE ESO ??? INCLUSO CUANDO NO SE SENTÍAN BIEN Y ASÍ QUERÍAN IR AL COLEGIO Y YO LOS TRATABA DE CONVENCER QUE SE QUEDARAN EN CASA . A LOS QUE LES GUSTABA FALTAR ERA A MARÍA CECILIA CUANDO ERA CHICA Y LUIS FELIPE QUE SE LA PASABA REZANDO PARA QUE CAYERA UNA BOMBA EN EL COLEGIO JAJAJAJA .

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  7. Siempre hay tiempo para compartir, mis papás aun lo tienen conmigo, cada uno a su manera, pero siempre es divertido, lindo e inspirador pasar tiempo con ellos, además jamás dejas de aprender de tus padres, y tus padres jamas dejan de aprender de ti, siempre hay tiempo para estar juntos, es cuestión de buscarlo, no importa la edad... besos

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