!Gratis! Antes de empezar la historia, me gustaría obsequiarte el primer capítulo de mi obra Best Seller Lulita la estrella marina. CLIK AQUÏ:
Si tienes Kindle Prime pídela prestada a Amazon y no te costará nada. Entra aquí
Si tienes Kindle Prime pídela prestada a Amazon y no te costará nada. Entra aquí
Una tarde fui a recoger a mi hijita a la cuna de la marina. Mi enana se queda allí todo el día mientras nosotros trabajamos.
Los estacionamientos de las personas que viven allí, son compartidos temporalmente con la gente que recoge sus hijos, por lo que no debes permanecer estacionado más de 10 minutos , tiempo que demoras en entrar y sacar a tu hijo o hija.
Salí y me encuentro un carro detrás del mío. Imaginé que el propietario del estacionamiento, llegó en ese lapso de tiempo y al tener poca tolerancia a la espera, me cerró la salida.
Pasé alrededor de cuarenta minutos buscando al dueño del auto, toqué un par de puertas del edificio donde supuestamente estaría. ¡Nada! Mi hijita ya estaba un poco desesperada y aburrida.
Luego. se acercó el jefe de seguridad a averiguar mi problema. Todo un rollo. Tras esperar y esperar, pensando que quizá me daría la noche, salió un oficial con elegante uniforme de la marina, de uno de los edificios en dirección al auto en cuestión.
¿Es tu auto le pregunté?
Si, dijo. Desde ese momento noté un tono raro.
¿Es tu estacionamiento? Le pregunté otra vez
No. Solo vine a dejar unos papeles dijo en tono más extraño aun.
¿Y te estacionas en detrás de un auto, habiendo otros estacionamientos?
¡Ay, solo diez minutos! Respondió en tono amanerado.
Tengo más de treinta minutos esperando
Justo en ese momento se acerca el jefe de seguridad y yo le dije.
Habla mejor con él y chistosamente me respondió.
¡Pucha ya pues! solo fue un ratito Jajaja que amanerado eres pensé. ¿Qué hace este sujeto en las fuerzas armadas y sin cortesía alguna para con sus compañeros marinos? Yo no lo soy, pero pude haber sido un alto oficial de la marina y pasarlo por las armas de toda la marina completa, incluyendo el cañón de la corbeta.
No tengo nada contra la gente amanerada o algo así. Lo que me llega es que atropellen mis derechos, diciendo, ¿pucha???, solo un ratitoooo. En un ratito te rastrillan el arma querido Sr. Marino amanerado, en un ratito te hacen un hijo, en un ratito perdemos una guerra con gente como tú.
Nunca olvidaré aquella tarde, que fui víctima del ¡MARINO AMANERADO!, sobre todo, que no viví allí. Era simple visitante y se dio el lujo de estacionar detrás de un auto de quién podría ser su superior. ¡Qué risa da eso!
!Descarga! mi obra Lulita la estrela marina, en tu Kindle Prime Lending de Amazon, poniendo nombre y correo te regalo por correo el primer capítulo:
http://www.oscarprietoramirez.com/
o aquí en mi blog.
http://www.oscarprietoramirez.com/
o aquí en mi blog.
¿Eres Prime Member Amazon?
Interesante escrito sobre la situación que viviste, yo le daría quizas un título más en relación con la falta: "Ensuciando el uniforme", por que el problema no es el amaneramiento, no juzgo la sexualidad de la gente, lo que si es un atropello es la falta de criterio al dejar su auto mal estacionado, más aun sabiendo que hay padres recogiendo niños.
ResponderEliminarSaludos
EC
mi tolerancia habria sido "0", le parto el carro le quito el freno de mano lo empujo al acantilado y le prendo fuego!!!
ResponderEliminar